Tal vez algún día...
Verónica
Por Darío Jurado
Verónica era la mujer más deseada de la colonia, no por sus
largas y torneadas piernas, tampoco por sus grandes y firmes pechos, menos aún
por sus magníficas nalgas. No. Verónica era así de deseada porque poseía el
cabello azabache más increíble, sedoso y brillante que haya existido jamás.
Diariamente cientos de hombres asistían al desfile de tal
prodigio, incapaces de articular palabra y llenos de miles de suspiros. Aquel
cabello dejaba una fragancia indescriptible en su andar, siempre siguiendo la
misma ruta, nunca deteniéndose en punto desconocido, invariablemente ganando un
desdichado admirador perpetuo convertido en estatua viviente.
No puedo hablarles más de tal milagro. Ya se acerca
Verónica.
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