Marzo: el mes en el que nacieron todas las flores ¡felicidades má!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El otro día, cuando caminaba por el parque…


El otro día, cuando caminaba por el parque…

De pronto tu inconfundible aroma, apenas perceptible, como un solo aleteo de una mariposa. Herida fatal, recuerdo de perene daga incrustada, conciencia horadada, nostalgia encumbrada. Explosión de sensaciones, uno y todos los colores, alucinación seductora, luz fractal,  miasma celestial, rapsodia única, divina identidad, alma en un hilo, cuerpo en vilo, orgasmo vívido incorpóreo, derramamiento de todos los líquidos corpóreos, mareo holístico, lucidez efímera, mancha de luz, visión en la ceguera, palabra en el silencio, pensamiento en la oscuridad, todo en la nada, aliento de vida, suspiro de muerte…

El otro día, cuando caminaba por el parque…

viernes, 18 de noviembre de 2011

El regreso de Compita culto!

El maestro compita culto nos había tenido abandonados por meses realizando estudios sociológicos y encontrando conocimientos en múltiples lugares para compartirlos con todos nosotros.

Afortunadamente tú y yo no lo extrañamos tanto como cierto personaje político que ha ido perdiendo popularidad desde que Compita culto le dejó de proveer consejos.

¡Averigua quién es! Y qué admonición recibió del esteta.

lunes, 15 de agosto de 2011

Benjamín Enciclopedia

Estimulado por la creencia popular (por supuesto errónea) de que un historiador es una pequeña enciclopedia andante y celebrando mi primera semana en esta nueva aventura que de momento encuentro fantástica (estudiar Historia), escribí este cuento que ahora comparto con ustedes. Si lo leen porfas, porfas, porfas ¡Díganme qué les ha parecido! ¿Va?

Desde ya ¡Gracias!




El extraño caso de Benjamín Enciclopedia
Darío Jurado 


Se dice por ahí que en una ciudad de cuyo mote no me acuerdo, existió un asombroso y peculiar personaje,  su nombre Benjamín, su apellido ya olvidado, pero suplantado por un alias que bien describía la grandiosidad de fenómeno que él poseía: Enciclopedia.

Desde muy pequeño Benjamín Enciclopedia sorprendió a sus padres, dedicados al humilde oficio de la agricultura, por su asombrosa capacidad de retención de significados. Aún antes de hablar podía escoger con facilidad entre una amplia variedad de bebidas y papillas, haciendo saber que prefería una u otra mediante chillidos cortos o pausados a manera de lenguaje.

No pasó mucho tiempo antes de que Benjamín Enciclopedia comenzara a hablar, y lo hizo tan bien y con tanta facilidad que al tener apenas un año ya poseía un léxico superior al de su madre y su padre, juntos.

Esto asombró sobremanera a aquellos hombrecillos, que por supuesto poseían una gran cultura, pero sobretodo una que se encontraba basada en la experiencia, en el recorrer caminos atestados de diferentes plantas y vegetales, en el conocer cuándo podía degustarse una fruta en plenitud, y cuándo era mejor hacer labores de metate al natural, entiéndase el retozar en medio de la naturaleza, sin el temor a ser vistos por la fauna de aquel lugar, que era muy curiosa por cierto, pero eso es historia de otro cuento.

Los padres de Benjamín Enciclopedia pensaron durante muchos días y noches qué hacer ante esta disparatada situación, temerosos en primera instancia, puesto que probablemente habían sido sujetos a algún embrujo lanzado a mansalva en alguno de sus fortuitos encuentros pasionales entre las milpas; esto podría haber sido perpetrado por alguna bruja senil y amargada que hubiera sentido envidia de la lozanía de sus cuerpos desnudos entrelazados.

Sin dejarse llevar por el impulso del momento, pensaron muy bien qué acción tomar durante los siguientes dos años, hasta que decidieron informarle a la persona de mayor conocimiento y cultura en la ciudad, el capellán Bonifacio Rendón, pero no nos adelantemos.

Ya para entonces circulaba una versión en el pueblo, y ésta era que Benjamín Enciclopedia había nacido con cola de cochino, dadas las múltiples invitaciones a los jolgorios comunales que habían sido hechas a sus padres y que siempre se topaban con una negativa, aduciendo enfermedades que afectaban al chicuelo, lo que no le permitía salir de casa bajo ninguna circunstancia.

Esto no hizo más que fortalecer aquel rumor, y algunos narradores orales aún aumentaron la característica de que el retoño también poseía unas largas y peludas orejas de borrico.

El clamor popular por conocer a Benjamín Enciclopedia siguió creciendo, tal y como un misterio secular o de creación.  Se hablaba de él en la taberna y el mercado, al igual que en el río y durante la lectura de los pasajes más aburridos que se abordaban en la Iglesia. De hecho, cirqueros y gitanos llegaron a ofrecer a los padres una moneda de oro para poder presentar a ese fenómeno a cientos de personas en diversas comunidades, algunas muy lejanas la una de la otra.

Gracias al amor que le profesaban a Benjamín Enciclopedia y a que tuvieron excesivo cuidado con él, no hubo ser vivo al que se le permitiera verlo durante sus primeros cinco años de vida, porque sus padres tardaron dos años en decidirse a hablar con el capellán y otros dos en cómo hacerlo.

Durante esos cuatro años los únicos amigos de Benjamín Enciclopedia serían los libros que su padre le conseguía de quién sabe dónde, porque de ello no se guardó registro alguno. Lo que sí se sabe es que los devoraba por igual (en el sentido figurado), así que  igualmente leyó a filósofos y físicos, historiadores y astrónomos, artistas y alquimistas, chefs y juglares, todos poseedores de compendios de chismes de reinos ya olvidados.

Por fin sucedió.

Un buen domingo, los padres de Benjamín Enciclopedia se presentaron en la Iglesia llevando consigo a un niño muy bello y sano, sin la mencionada cola porcina ni las orejas de burro, pero con la particularidad de hablar un prodigioso y perfecto español, cargado de grandes recursos estilísticos, acaso solamente comparados con la retórica magra del capellán Bonifacio Rendón, que hablaba fuerte y claro, formándosele masita en la comisura de los labios por la gran emotividad con que acompañaba cada homilía.

Semejante portento de criatura asombró a toda la congregación al grado del fanatismo, que sólo atinó a pensar en él como un mesías amalgamador de palabras. Un purasangre mítico que vendría a cambiar las condiciones de pobreza y marginación que había vivido el pueblo por centurias.

(Y no, el pueblo del que no me acuerdo no es México).

Acaso el más admirado en todo el recinto fue el capellán Bonifacio Rendón, quien al principio dio gracias a Dios por haber presenciado tal prodigio, acto seguido, fue embargado de un profundo temor, dado que él poseía una imagen imperativa y solemne en el pueblo. También dueño de un ardid de palabras domingueras que sólo él conocía en el lugar, ejecutando cantares con perfección con el fin de sosegar dudas respecto a su posible gusto por jovenzuelas y el vino de consagración, que por alguna razón desconocida, nunca acompañó a las hostias en el apartado de la comunión.

El capellán Bonifacio Rendón pidió serenidad a la Trinidad Santísima y ésta le fue concedida por derecho divino. Entonces solemnemente se acercó a tan soberana criatura y le miró con un aire de superioridad y ternura.

Musitó un bello cantar que contenía algunas de sus más escondidas palabras hablando del Espíritu Santo y cómo solía posarse en almas núbiles inocentes a través de lenguas de fuego, y de cómo la sociedad tenía un compromiso con estos extraordinarios seres que sólo nacían con la alineación de ciertos astros cada quinientos años. Al fin, toda la faramalla de palabras rebuscadas surtió efecto en los padres de Benjamín Enciclopedia, los cuales “decidieron” que lo mejor era mandar a ese niño a un confinamiento en el monasterio de los monjes sabios, un lugar en donde podría dar rienda suelta a todo el conocimiento que quisiera captar, pues tal sitio tenía la mayor concentración de mentes eruditas, así como un sin fin de libros  provenientes de las más remotas y antiguas polis. Se dice que sus magnánimos anaqueles contenían obras, tal y como el mar contiene granos de arena.

Sin mucha emoción y con la templanza que siempre caracterizó a Benjamín Enciclopedia, sólo susurró un sí, acto que permitió sonreír a sus padres, gritar de júbilo a todo el pueblo, y suspirar de alivio al capellán Bonifacio Rendón.

Días después y apresurando todo trámite para lograr su entrada a tan ilustre morada, se vio a Benjamín Enciclopedia caminar junto a sus padres tomando el camino pedregoso y enjuto que llevaba a aquel lejano sitio.

Lo que sucedió en los siguientes años es vago y confuso, dada la vida frugal de aquellos anacoretas; sólo puedo referir que se supo que ahí vivió infancia y juventud, primero tratando a aquellos monjes sabios como colegas y compañeros de estudio, pero pronto dejándolos muy atrás en cuanto a la cantidad de conocimientos que puede albergar un cerebro de tamaño regular.

Llegó a superar a las mejores mentes de aquella época, de todos lados, extraordinariamente libre de toda concupiscencia que representa el conocer muchas cosas de múltiples disciplinas y ciencias.

Lo que nadie supo y yo por casualidad sé, es que Benjamín Enciclopedia tenía un problema, y éste no era su capacidad de guardar con retención fotográfica cualquier texto o conocimiento que se le presentase, una suerte de cualidad sin igual para repetir con puntos y comas todos los libros que había leído hasta entonces, sino que nunca, óiganme bien, ¡nunca!, comprendió nada.

Falleció sin gloria, sin registro histórico de su paso por este mundo y sin que nadie lo supiese.

 Alguien, que no yo, descubrió este magnífico incidente y tuvo a bien recordarlo en su epitafio que aún puede leerse en su lápida funeraria, sobria y derruida, paradójicamente ubicada a la sombra de un manzano en un páramo sombrío que sólo pocos ancianos conocen:

Aquí yace Benjamín Enciclopedia, aquél que todo sabía y nada comprendía…



Compita culto te ofrece el mejor regalo para una novia infiel

Compita culto siempre en ayuda de quien lo requiere te ofrece el regalo perfecto para esa persona que tanto te lastimó. Una forma de comenzar el camino hacia tu recuperación.

Enjoy!

martes, 9 de agosto de 2011

Compita culto y el hallazgo del siglo!

¿Será posible que una rama homínida independiente del homo sapiens sapiens se ha desarrollado en nuestra sociedad?

Existen indicios irrefutables... ¿Qué opinan? :D

viernes, 5 de agosto de 2011

La ventaja de no tener internet

Los últimos dos días he estado sufriendo con la conexión a internet del departamento en el que colocaré mi estudio. Total que hoy estaba en agonía cuando recordé que también se pueden hacer muchas cosas sin la dichosa red de redes. Así que apresté mis neuronas, utilicé algunos lápices, sacapuntas y gomas y me puse a dibujar esto:

¿Saben qué criatura mitológica representa?

¡Les apuesto que no!


Ojo con los detalles... ¿qué opinan? ¿Les gusta? ¿Ya notaron que me encanta la mitología y los seres fantásticos?

martes, 2 de agosto de 2011

¡Cuidado con el Boomerang!

Siento no haber escrito antes... Muchas cosas van sucediendo en mi vida loca ¡No! No como el intérprete de esa canción, esas son palabras mayores.

Tengo pendientes varios posts de los viajes que he realizado últimamente; hay varias hints que merecen ser contadas... qué tal que en una de esas alguna de ellas les sirve para ganar un drink gratis o robar un beso furtivo.

En fin, les cuento lo último: hoy sucedió lo impensable. Pero antes de contarles esto, debo hacer un breve flashback para dar cuerpo al asunto.

Hace aproximadamente 5 meses me enteré de una conferencia de Edgar Clément que sería celebrada en una institución de nivel superior; yo la consideré una excelente oportunidad para comenzar mi carrera en el mundo de la ilustración, y es que por si no lo saben, el susodicho es un personaje respetado en el microcosmos de los dibujitos gracias a la publicación de una buena novela gráfica llamada "Operación Bolívar". Total que le pedí a mi buen amigo Daro (sí, otro Darío) que me acompañara a la plática, bajo la promesa de invitarle un par de caguas al finalizar la misma.

Ya para no alargarle y llegar al punto central de la anécdota, les platico que como hombre educado que soy me formé al final de la fila como correspondía; el pequeño auditorio ya se encontraba medianamente abarrotado, en el imaginario por supuesto, porque aún no se abrían las puertas para escuchar al ilustre ilustrador (si es que me permiten esa redundancia).

¿Cuál sería mi sorpresa que al comenzar la entrada al evento una bola de "estudiantes-bárbaros" aprovecharon la confusión para no sólo meterse al inicio de la fila sino organizar una histeria colectiva que logró que los "educados" fuéramos echados al último? Lo peor del caso es que ninguna autoridad de la institución hizo nada al respecto, ni siquiera una alzadita de voz para intentar establecer el orden. Ni tarde ni perezoso apliqué lo que todo buen geek haría en esa situación, levantaría una queja con todo el clamor de mi voz enunciando la flagrante injusticia de la que fui preso... ya saben, al menos en twitter, 140 caracteres que decían más o menos así:

"Qué falta de educación por parte los 'estudiantes' que asisten a esta escuela. Es una tristeza que éstos sean los futuros profesionistas del país"

Bueno, pues la más grande paradoja de todas es que ahora yo seré uno de ésos, porque terminé inscribiéndome a una de sus carreras, específicamente Historia ¿Queeeeeeeé? Siiiiiiií, algunos que me conocen habrán sido tomados por sorpresa ante esta noticia, pero ahora sí que... esa es otra "historia".

La moraleja es ésta:

Está claro que no sabemos lo que nos deparan los próximos meses, ya no vayamos más lejos ¡Los próximos días! Tal vez es mejor guardar prudencia y no hacer comentarios sueltos, no sabemos si éstos van a llegar a golpearnos en breve como un boomerang,  y entonces tengamos que ver todo aturdidos y desde abajo, porque para cada perspectiva vista desde las alturas, hay otra opuesta que yace en las profundidades.

Buena Obra

He estado pensando que lo justo para las personas que checan mi blog es ofrecerles un contenido especial que no puedan encontrar en ningún otro lado. Entonces... les presento una tira cómica (espero la primera de muchas), que ejemplifica claramente lo que significa "los resultados inesperados de una buena obra"

¿Opiniones? Es la primera que hago usando mi WACOM intous 4 ¡por fin! Iré mejorando :D

Nota: recuerden dar click en la imagen para agrandarla ;)


martes, 26 de julio de 2011

Compita culto vs la bruja peruana más poderosa de todos los tiempos

Compita culto es un soñador, pero sobre todo un justiciero, así que ha emprendido una serie de acciones para librar de una vez por todas al pueblo mexicano de una bruja peruana que obtiene su poder extrayendo los pensamientos inteligentes de millones de mentes.

Afortunadamente cuenta con una aliada magnánima...

lunes, 20 de junio de 2011

viernes, 17 de junio de 2011

¿Compita culto viajará al espacio?

¿Le interesará un viaje al espacio al buen compita culto? El excéntrico Dennis Anthony Tito , famoso por ser el primer turista en realizar un viaje a la luna, piensa que sí.

martes, 7 de junio de 2011

Lo siento, lo siento, lo siento! los recompenso con un Rolex

Las últimas semanas he tenido súper olvidado mi blog, pero bueno! al parecer he terminado de realizar la parte más pesada de los quehaceres que originó el cierre de Laberinto.

Aquí les solicito encarecidamente su perdón a través del siguiente cuento erótico (?).

Su historia es interesante porque lo entregué para dos clases, en una, mi maestra de literatura mexicana lo amó ya que estaba basado en la obra ¨En jirones¨ de Luiz Zapata que abordamos en clase y me calificó con 100, en la otra, mi maestro de guionismo para medios audiovisuales lo odió calificándolo como una ¨masturbación mental¨.

Lo cierto es que tiene un poco de las dos calificaciones. Volviendo a leerlo creo que podría escribirlo mejor en la actualidad, no estoy seguro sobre qué pensar de él ¿Ayúdenme no? Asimismo no sé si llamarlo ¨fuerte¨ dado que hay cosas que obtienen este calificativo más fácilmente, pero igual les pongo un signo de exclamación antes de leerlo, no se parece a nada que haya escrito antes... o después. Sin más, aquí lo tienen, escrito originalmente en el año 2003.


El Rolex y yo
Darío Jurado Martínez


Abrí los ojos, lagañosos aún. Los poros de mi piel habían liberado todo el sudor que contenía mi ser. Las sábanas de mi cama las había mojado nuevamente, sólo que esta vez conocía la razón del lago circundante: demasiada excitación para un cuerpo tan pequeño.

Sabía que hoy era el día, el miembro me lo decía con la exactitud de un Rolex, y no porque fuera fino o poseyera una elegancia descomunal, sino porque era nuevo, objeto ornamento que despertaría a su naciente uso. Parado estaba, así como él, en una comunión exacta para la fecha. Hoy sería el día, de eso ni duda cabía ¿Quién podría pensar de otra forma?

El gallo cantaba. El acostumbrado kikirikí de todas las mañanas retumbaba en mis oídos, -sisisisí, hoy me la tiro- le respondí. Complacido por mi decisiva afirmación, el animalejo asintió con otro chisguete.

Mis papás aún dormían, seguro ni siquiera les pasaba por la cabeza que me la había jalado varias veces anoche y, menos aún, que tendrían que lavar las colchas porque la fuente se había hecho más grande debido a que en mis sueños ella había tenido una actuación magistral. La verdad es que ya nada me importaba, los regaños los podría soportar y la hinchazón de cabeza y boca desaparecería en el transcurso de tres lunas.

Lo realmente trascendente era que hoy el día se percibía en forma distinta, aún el sol que había renegado por aparecer las últimas semanas asomaba los primeros rayos lumínicos, calientes como mi Rolex, como el cuerpo entero.

Mi relación con Manolo había llegado a las últimas, de hecho creo que nuestro encuentro nocturno había sido el colofón. Ahora mi miembro y yo iríamos en busca de nuevos horizontes líquidos. Juntos exploraríamos selvas, escalaríamos montes, desafiaríamos ríos turbulentos, lidiaríamos con fieras salvajes y, llegado el momento, descargaríamos nuestro sudor en cuevas profundas bebiendo el elixir prometido.

Aún con todo me daba lástima la situación con Manolo, después de todo siempre habíamos sido fieles el uno con el otro; lo amaba, así como creo que él lo hacia, así que antes de despedirnos le prometí que aún idolatrando a otra persona seguiría aceptando sus visitas de vez en diario. Al fin y al cabo soy humano ¿o no?

Sonriendo y con arma en mano me dirigí al baño ¡Vaya! Hasta en eso cambiaría mi rutina. Alejandra tenía que percibirme como la pulcritud andando, aunque hasta ahora no parecía molestarle mi olor a axila.

Mientras el jabón escurría por mis manos, recordaba nuestra última cita matutina...

Habíamos salido para ir a la escuela, de hecho lo hacíamos cotidianamente, nuestros brazos entrelazados y los corazones palpitantes, oía el chucuchú del suyo y ella el chacachá de mi reloj. Mientras caminábamos, la vereda se humedecía con nuestros jugos, el suyo era de guayaba y el mío de horchata. Nadie parecía percibirlo, sin embargo los dos sabíamos que aún fuera el uno del otro comulgábamos en las mismas piedras.

Para nada me molestaba el sudor que chorreaba de sus manos, de hecho había momentos en que llegaba a confundirlo con su propia miel, así que ávidamente lo bebía a sorbos, tal y como uno sorbe la espumita de una coca cola. Sus mejillas se sonrojaban cada vez que yo ejecutaba esa acción, y ve tú a saber qué otra cosa tornaba su color a un rojo más intenso.

La implosión de carmín en sus labios me indicó que era el tiempo de atacar. Furtivamente corrí hacia el montecito sin dejar que su mano se escapara de la mía. Entonces le levanté la falda y toqué sus nalgas, las apretujé contra mi miembro, que como un león preso añoraba salir de su encierro. No dejaba de besarla, mi boca recorría todo lo conocido de su rostro, desde la frente y oídos hasta su barbilla partida. Mi lengua amenazaba con explorar parajes desconocidos, aunque sé y sabía, sabíamos, que no erraría sobre qué lamer, qué chupar, qué morder y dónde retirarse. Sus piernas se cimbraron cuando un dedo explorador entro a su caverna cremosa, una línea de mermelada se deslizó a través de mis dedos haciendo que mi corazón estallara de pasión y miedo. Era el día, lo era. La bragueta cedió instantáneamente. El Rolex y yo, yo y el Rolex, nos disponíamos a penetrar la selva virgen, lugar prometido que ningún hombre antes que yo y mis instrumentos de guerra había profanado. Sin quererlo, mis manos, brazos y piernas, todo yo, temblábamos al unísono. Escurría, así como ella, lo sabía no por mis ojos, que desde hacía rato no permitían el acceso de la luz, sino por mis rodillas encharcadas en el lodo de nuestros deseos y placeres. Apenas perceptiblemente, Alejandra susurraba un -no, no, nooo- que me hacía arremeter con más fuerza. Palabras que no eran más que un -sí, sí, siiií continúa papasito- o por lo menos eso creí hasta que oí el claxon del camión de don Pedro.

Al abrir los ojos descubrí que todo había sido un sueño, Alejandra estaba parada junto a mi lado riéndose a moco tendido, y es que lo que sí era real era el líquido que escurría mi Rolex. Se había descompuesto. Tanto tiempo había cuidado su manutención como para que me saliera con estas chingaderas ¡Chorreaba! mientras don Pedro no paraba de profanar el silencio del lugar con su incoherente pito de carro funerario. Al fin no me quedó más que tragarme la vergüenza y abandonar la vereda para abrirle paso al viejo gordinflón.

No fui a la escuela.

De ese tamaño era la pasión desenfrenada que sentía por ella, mujer objeto de mis desvelos y de mis encuentros frecuentes con Manolo, que parecía ser el único que me entendía en ese mundo de señoras apetencias.

Ya entrada la tarde, Alejandra vino a visitarme argumentando que traía la tarea. Como siempre mis padres la recibieron con agrado y le dijeron que me encontraba en mi cuarto castigado por no haber asistido al templo del saber, así que modosamente se ofreció a subir ella misma y entregar la misiva personalmente. Al entrar, no pudo menos que taparse los ojos porque Manolo y yo nos encontrábamos entrelazados en un encuentro candente.

Por supuesto que la sangre se me subió a la cabeza y mi rostro se tornó rojo al notar su presencia, sin embargo y para mi sorpresa, los ojos de mi visitante se pintaron de un pigmento distinto a todos los que había visto en mis libros para colorear.

De repente y sin aviso alguno saltó a la cama y me apretujó fuertemente. Sus manos me contenían sin que yo me explicara lo que sucedía realmente. Lo cierto es que ardía ¡no! se incineraba de la temperatura. Se colocó encima de mí y empezó a restregar su entrepierna contra mi confundido Rolex ¡Pum! Se abrió la blusa descubriendo dos hermosas colinas que esperaban por mis manos sedientas de apretujar sus formas. Mientras tanto, Manolo se esforzaba por entrar en acción, se debatía entre mi posesión y la de ella. Atónito estaba.

Mis piernas sudaban inmóviles mientras mis brazos se aprestaban a lo desconocido, aquello con lo que habían soñado pero nunca realizado. Su lengua recorría mis labios, los otros se abrían, derramaba saliva, chorreaba la miel. Comunión, carne y deseo.

Pronto sus pechos estuvieron al alcance de mis pequeños dientes, mi inexperiencia la hizo ahogar quejidos varias veces... Zumbidos de mosquitos, rugidos de felinos, gritos de micos y canto de millares de aves igual a una fruición salvaje.

Mis manos surcaban como flechas todo su universo de formas: muslos firmes, caderas amplias y senos enormes que se fusionaban con mis extremidades aún no del todo maduras. No lo creía, la pasión me hacía preso de la ceguera y la sensación táctil era mínima, más bien parecía la de un extraño en tercera persona, sin embargo todo esto no importaba, mis venas hinchadas de placer bien lo valían.

De repende y como un eco oí un rumor de lejanos pasos que se acercaban a mi habitación, con todo el dolor de mi Rolex vi sus muslos apartarse de los míos al mismo tiempo que sus manos se escabullían buscando la seguridad de la blusa abotonada -Mañana nos vemos chiquito- Susurraron sus cuatro labios.

Lo que pasó después es de tonalidad grisácea, como si la señal fuera mala e intermitente. No me sentía así desde aquella Navidad en que había tomado por error del vaso de mi padre. Torbellinos de ideas, palabras e imágenes carentes de sentido ¿Habré soñado nuevamente?

Así me encuentro desde entonces, eternamente esperando por mi nana para que me lleve a la escuela y, con un poco de suerte, al Edén mismo.

viernes, 13 de mayo de 2011

El serpenteante camino del ilustrador

Hace algunas semanas emprendí el recorrido hacia la consecución de ser llamado "ilustrador", nótese que no "artista" que es un signo extremadamente complejo ¡Total! todos los caminos llevan a Roma ¿o no? Por lo menos eso se dice en la jerga popular, y la vox populi raramente se equivoca.

El trayecto ha sido más que nada de recopilación de datos, basado en pocos conocimientos previos y con la sola guía de los #hashtags y links de algunos ilustradores entusiastas que encontré en twitter.

Como todo, en México existe una cúpula de ilustradores, aquellos que son objeto de admiración y, diría yo, hasta de culto. Muchos comenzaron su carrera igual, sin apoyo, tocando puertas, y con la sola compañía de su talento como arma. Ahora ellos disfrutan de las mieles del reconocimiento, tal vez su mayor alimento por sobre otros dividendos que obtienen de sus trabajos.

El aplauso es el pan del artista...

Lo único claro es que por cada historia exitosa existen muchos tropiezos y aún fracasos ¿Dónde están los tipos talentosos con ojos llorosos de emoción (tipo ánime) que lamentablemente no llegaron a la meta?

Si he de ser sincero, aún no veo luz al fondo del túnel.

Ya una vez les comenté que soy como Homero, el más entrañable personaje de Matt Groening, requiero de un guía espiritual que me vaya dirigiendo, una figura de poder, casi paternal, totémica. Sin embargo éste aún no aparece, es desesperante; la institución me ha seguido bateando, tal vez porque no tengo algún trabajo organizado que mostrar o tal vez porque lo que hago no es innovador en ningún sentido.

Y no es que no tenga innovación e ideas locochonas en la cabeza, simplemente no las he realizado porque siento que antes debo de practicar las bases, la forma, la luz, la figura humana... ¿Acaso no es suficiente tener resultados "aceptables" para tomar cursos y talleres? ó díganme ¿por qué quiero asistir a este tipo de cursos? ¡Por supuesto para aprender! ¿Por qué no darme la oportunidad de hacerlo? Tal vez soy el único que veo promesa en mí.

No lo sé...

Nadie dijo que el camino sería sencillo. Sólo pido a la fuerza ulterior que guía el universo que me permita tener la templanza de sortear el mayor obstáculo del camino: yo.

Compita culto y el viernes 13

Compita culto es todo un soñador

viernes, 29 de abril de 2011

¿Qué significa ser artista?

Como todo en mi vida, hace algún tiempo quise entrar a la Esmeralda para estudiar Artes Visuales.

Una de los exámenes para entrar a susodicha escuela era la realización de un ensayo corto respecto al tópico ¿Por qué quiero ser artista? Ni tarde ni perezoso comencé a escribir y salió esto que les dejo a continuación ¿Opiniones?


¿Por qué quiero ser artista?
Un acercamiento por Darío Jurado Martínez
Escrito originalmente en el año 2010


El ser artista... ¡Qué difícil comenzar! ¡Tantas cosas por decir! Ésta es acaso la parte más sinuosa del examen propuesto, y es que hay tantos caminos que tomar al respecto de esta proposición y así mismo tantas bifurcaciones, que es fácil perderse ante el infinito que significa arte-ser-artista.

Me parece que todo comienza desde antes de nacer, y si bien hay debates furiosos de diversos grupos que cuestionan la cualidad de ¨vida¨ en el feto, lo cierto es que se ha comprobado que éstos emiten ciertos impulsos eléctricos que bien pueden interpretarse como atisbos de actividad cerebral. Pues bien, yendo más allá, me atreveré a hacer una hipótesis alocada para fines de esta tarea, en la cual tal vez el feto artista se diferencia de otros tipos de feto en que este ad ovo establece relaciones artísticas entre su entorno y su mente; todo funciona como un proceso de sujeto-entorno-interpretación-expresión, y en ese derredor increíble que sin duda existe dentro del vientre materno hay una luz que guía, una luz que llama, una luz que susurra el nombre que aún no se conoce.

Así, al nacer, el sujeto artístico comienza su vida dibujando, tal vez aún antes de las funciones básicas como el caminar y hablar es consciente de la necesidad de empuñar un lápiz para garabatear hojas... sus primeras obras de arte. Se establece una relación intrínseca con su ambiente cercano, todo es materia de creación. Vive de fantasías, raya paredes, corta fotografías para que éstas nos sean cuadradas sino de diferentes figuras, aprecia la música, la vive bailando, hace esculturas con la más amplia variedad de materiales, puré o arena, lodo o pasto... ¡pero bueno! Eso es lo que hacen todos los niños ¿o no? Tal vez en ese sentido todos los niños sean artistas.

Lo que diferencia al niño artista del que no lo es, es que al fin y al cabo éste no envejece, al menos no mentalmente, lucha por vivir sus fantasías y hacer a los demás partícipes de las mismas. Mientras otros niños crecen y se vuelven jóvenes con intereses universalmente aceptados como lo es tener un buen empleo, contar con un auto, poseer bienes, reconocimientos y papeles firmados por figuras desconocidas, el artista camina descalzo por un sendero oscuro a los demás, el camino del que otros se alejan porque ofrece un panorama distinto, de suelo movedizo, no sorteable, acaso extraño e inseguro.

No importando el panorama que otros presagian como desolador para él, el artista se alista para emprender un viaje sin fin, sabiendo ya, ahora, siempre, que ha vivido enamorado de algo desconocido, pero perceptible. Para su travesía no cuenta con más armas que sus manos, herramientas primigenias por otros olvidadas, y de su mente, ¡ah! cavidad que ha sido lugar de desove de ideas que Dios, otros, experiencias y vivencias han ido colocando cuidadosamente entre los más oscuros parajes de ese espacio infinito.

Entonces comienza la carrera, lenta y desesperada a la vez, oscura y lumínica al mismo tiempo... se descubren parajes paradisíacos de múltiples colores, manjares exquisitos de la más amplia variedad de sabores, plantas y árboles de mayor o menor tamaño, muchos verdes, otros tantos azules, amarillos y rojos, animales geométricos y asimétricos, con garras o pezuñas, con voz y con rugido, todos ellos, todas ellas, el camino mismo, entonan un cántico embriagante con notas que evocan su nombre.

Así, el artista a lo lejos descubre que no es el único que ha tomado ese amplio e insondable, frío y caluroso, húmedo y seco, lóbrego y brillante camino, así como él, hay otros, muchos otros, que a su vez descubren los pasajes infinitos que se presentan ante ellos. Unos andan por ahí descalzos sintiendo las texturas del suelo, otros cantando alabanzas ininteligibles a dioses olvidados, algunos más probando jugos que se desprenden de árboles cerúleos y éstos de acá acariciando bestias y fundiéndose en abrazos que sólo pueden comprenderse después de haber leído cientos de libros.

Hálito de sopor, de liberación, de descubrimiento, de divergentes sabores, de nuevos colores, de inéditos olores, de finísimos sonidos, de emociones vírgenes, de sentidos extasiados, de mente colmada de remolinos de ideas, de explosión de cavidades oculares, de implosión de luz, de florecimiento de nuevos órganos no conocidos, de nacimiento y muerte, de amor, de AMOR, de AAMMOORR...

El artista entonces siente, crea, luego existe, conforma y recrea su mundo, se confunde con su universo de plastilina y planta su simiente en él; ésta brota, crece, empapa el cosmos, madura y fenece dejando una nueva semilla, y ésta a su vez vive el mismo proceso. Con cada nacimiento una forma nueva, un núbil estilo y crecimiento, una nueva y creativa muerte... Todas... las pequeñas y las grandes, las medianas, magnánimas y diminutas, dejan huellas que desde ya conforman parte de esa amalgama de materia maleable; trazos y signos, figuras y objetos, símbolos e indicios se conforman en un océano de creación holística infinita. En esa infinitud, el artista se funde con su arte hasta el punto de ya no reconocerse cabeza y extremidades, por aquí un miembro, por allá un dedo, por acá una pincelada. Sólo una cosa permanece constante, un signo onírico que espera SER.

¡Eso soy yo! ¡Por eso quiero ser artista! Por eso nazco y muero cada día.

Compita culto opina sobre la boda real

El evento del día, obvio compita culto no puede quedarse sin opinar al respecto ¿Qué dicen? Ahhh y antes de que opinen respecto al logo, es algo que hice en 2 minutos, no es el definitivo :D

jueves, 28 de abril de 2011

Presentando al compita culto

Bueno, aquí les dejo la primera entrada del "compita culto" espero funcione :D jaja, ideas con todo gusto, soy todo oídos. Intentaré publicar una diaria.

El concepto general es un personaje central que comparte alguna experiencia, anécdota o dato curioso. En la parte inferior de cada cartón se explicará brevemente la idea en forma de ¿Sabías qué...?

Puede que el personaje vaya evolucionando por supuesto, así como la comparsa. Aún estamos en la fase preliminar, digamos que es un feto cualquiera :D

¿Opiniones?