Marzo: el mes en el que nacieron todas las flores ¡felicidades má!

sábado, 29 de septiembre de 2018

Minicuento "el último beso"


El último beso

La miré por última vez y cerré los párpados. Abrí mis labios trémulamente y sentí la furia de su ser acometiendo mis entrañas. Al principio lo disfruté, ya antes me habían mordido levemente entre beso y beso, pero esta vez lo intuí diferente. Su lengua impetuosa era apenas un accesorio distractor mientras mi alma se desintegraba a mordiscos. Mi boca sabía a sangre.

Adiviné de súbito su ausencia dejándome a mi suerte al tiempo que mi deseo vehemente se sofocaba en el abismo de la nada.

No sé cuánto tiempo llevo aquí. No sé dónde estoy. Soy incapaz de ver, oír, oler. Sólo puedo sentir las heridas infringidas en mi ser, estigmas abisales de su infinita presencia.

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Antes de escribir un minicuento siempre hago una reflexión para brindar contexto, pero en esta ocasión sentí que develaría mucho acerca del contenido. Ahora les platico la anécdota inspiradora:

Pues ahí me tienen, acostado en un sillón con una mujer sobre mí (¡ay qué sabroso!). Nos besábamos, o al menos eso intentaba yo, porque ella parecía más atenta en morder cada resquicio de mis labios. Como en el cuento, al principio lo disfruté, pero muy pronto esa sensación se tornó en sufrimiento, uno grande. En vano, procuré distintas técnicas besuconas y hasta la mordí fuerte como una forma de indicarle “¡hey! Eso duele”, pero no funcionó, de hecho, creo que avivé más su enjundia por las dentelladas. No dije nada ni me quejé porque no quería romper el hechizo, sabía que en cuanto nos levantáramos de ese lugar desaparecerían en el acto esos besos-mordiscos. Hoy por la mañana recordé ese hecho de antaño y lo utilicé como tema para escribir. Lo que ahora me hace reír, en ese entonces fue un gran y prolongado “ouuuuuuuuuuuch”, jajaja.

Cuéntenme, ¿se han topado con un mordelón? ¿Les ha pasado algo similar?  

martes, 14 de agosto de 2018

40 cosas que te sorprenderán de Rusia


Parece que fue un sueño.

Hoy hace dos meses comenzaba la fiesta de fiestas. ¡El mundial de futbol en Rusia compitas! Cuánto tiempo añoré ese instante, vivir ese momento.

Y lo hice.

Sólo Dios sabía qué es lo que nos depararía el futuro. Ahora el mundial no es más que un pasado añorado, una memoria inmanente grabada en la mente y corazón de miles y miles de mexicanos (suspiro).

Hubo perdidos por tres días (noticia nacional), perdidos por una semana, perdidos por un mes. Risas, lloriqueos, amores, desazones, alegrías y tristezas.

Miles, millones de historias entrelazadas que hicieron del evento del mundo una maravilla holística, la génesis de un nuevo movimiento que tendrá muchas consecuencias en los años  subsecuentes.

Este será un post un tanto largo, tan es así, que he decidido revivir mi viejo y querido blog para ponerlo entero. Y no sólo eso, sino dividirlo en dos partes.

Entonces, sin más preámbulo queridos compitas, aquí tienen las 40 cosas que más llamaron mi atención en Rusia:

Nota: tómese en cuenta que esta es una visión íntima y personal, puramente experimentada a través de la observación y praxis cuando fue posible, guiño, guiño, jaja ¡venga pues!:

1.
La cerveza caliente. ¡Sí! Por increíble que parezca, no sé si por la excesiva demanda, o simplemente porque así les gusta porque siete meses se la viven congelados; pero la cerveza que se sirvió en la mayoría de los bares, clubes y estadios de Rusia estaba tirándole a tibia. Los mexicanos nos quejamos, pero después aprendimos a tenerle cariño. Tal y como tener un novio/novia feíto pero querendón. Total, una cerveza es una cerveza ¿o no?

2.
Ausencia de aire acondicionado. No sé si sepan, pero muchos extranjeros que visitan México se quejan porque sienten frío dentro de las habitaciones. Así es, la mayoría de nosotros no tiene un sistema de calefacción, algo absurdo para la mentalidad estadunidense o europea. Estamos acostumbrados a ponernos más ropa en invierno y usar una cobija extra, así de simple. Lo mismo aconteció en Rusia: prácticamente en todos los lugares no había aire acondicionado, a pesar del calor y las aglomeraciones. Puede ser que les guste, ya saben, siete meses en una congeladora es demasiado jaja.

3.
Los grandes edificios habitacionales. Todos, la mayoría al menos, conocemos el concepto de vecindades. Los edificios rusos son imponentes y magnificentes, ¡retegrandotes pues! En muchos de ellos viven cientos, hasta miles de personas. Por fuera son sobrios, estilo soviético, con muros sólidos; por dentro son feos, descuidados en sus instalaciones comunes, algunos con colores muy sobrios, gris, azul, café, y en ocasiones hasta huelen a orines. Pero vaya sorpresa al entrar a los departamentos: iluminados, bien decorados, limpios. Es un contraste total a la fachada y a los interiores de uso común. Todos tienen servicios, agua, luz, drenaje. Se podrá decir mucho del gobierno ruso, pero en cuanto a brindar servicios para tener una vivienda eficiente y digna no hay problema alguno.

4.
El alto índice de fumadores. Pues sí compitas, los rusos fuman, y mucho. Cuando hablas de una “chimenea andante” estás hablando de un ruso. Platicando con uno de ellos me comentó que hace aproximadamente 5 años hubo un boom de bares donde se podía fumar shisha, ahora, un 65% de los pubs y bares tienen este servicio. Una posible razón, según él, es que con la apertura de nuevas rutas hacia Egipto y Arabia los rusos conocieron el concepto y les gustó, lo trajeron y fue un éxito total. Ya eran viciosos del tabaco y ahora tenían una nueva razón para fumar (así sea haciéndolo con mixturas aromáticas). Prepárate para oler cigarro y ver muchas shishas (no chichis ¡eh! Jaja) por todos lados si es que planeas visitar Rusia.

5.
Agarrón de pompi. ¿Cuál será el cariño más usual en México? ¿Acariciarse la cara? ¿Tomarse de la mano? ¿Un pellizquito en la pompi? Bueno, en Rusia nos ganan. Un cariño de lo más usual es que el novio acaricie tiernamente la pompi de su novia. No es nada lascivo aclaro, es como Aladino con su lámpara, o acariciar a tu Chihuahua. Movimiento efectivo, ondulatorio, firme y parsimonioso. Jaja.

6.
Las chicas rusas salen en pares. Es súper común ver a un par de chicas ir de fiesta o andar por las calles. Cuando los mexicanos anduvimos de party normalmente nos dividíamos, ya saben, “tú te vas con esta y yo agarro a la otra” jaja, la clásica. Hay varias razones para esto, cuando uno va en pares es más fácil la plática, uno se puede mover rápidamente en caso de necesidad, y se tiene el beneficio añadido que se puede cuidar la una a la otra. Sobra decir que esto no siempre fue exitoso teniendo un mexicano cerca. ;D

7.
Los chicos rusos andan en grupo. Así es, los rusos andan en manada, el famoso “wolf pack”. Cuando los hombres andamos en grupo nos volvemos más fuertes, nos cuidamos los unos a los otros, y podemos formar pequeñas células para atacar a presas de las más diversas variedades, gacelas de la sabana u osas polares, jajaja ¿captan la idea? Llámese chelas o chicas en pares, si formamos parte de la manada podemos lograrlo. Los rusos se portaron increíble: fueron amables, fiesteros, bailadores (robóticos, pero se agradece el intento). A muchos nos pagaron chelas, nos invitaron comida y aun nos permitieron bailar con sus mujeres. Tipazos. Nada que ver con el compa Ivan Drago de Rocky.

8.
Las mujeres absolutamente aman las sesiones de fotos. ¡Ojo amantes de la fotografía! Las mujeres rusas requetecontraman tomarse fotos. Da ganas de pagarse un curso de fotografía, o decirse experto en ello ¡se tendría éxito! Por todo Rusia se puede ver a varias decenas de mujeres en plazas y sitios públicos tomándose fotos (monumentos, puentes y malecones son un punto neurálgico). Casi siempre ayudadas por su contraparte, otra niña que toma las fotos y espera su turno para ser fotografiada también. Es por ello que las rusas tienen perfiles de tinder espectaculares, con fotos que parecen de book de modelo profesional. Un cuate me decía que esto lo hacen consciente o inconscientemente porque saben que su belleza es un recurso para sobresalir y distinguirse entre ellas mismas. Conseguir un buen trabajo no es fácil, y el mostrarse bellas y deseables ante los demás es una puerta hacia una mejor vida. ¿Les suena parecido?

9.
La catsup es el limón/aguacate/chile mexicano. Así como los mexicanos le ponemos chilito o limón a todo, los rusos aman su catsup. Obvio las grandes cadenas de servicios alimentarios se dieron cuenta de esto, entonces cobran las catsups en McDonalds o Burger King. Jaja, vaya sorpresa cuando algunos mexicanos pidieron su sobrecito para su hamburguesa, imaginen su cara cuando les dijeron “claro que sí señor, aquí tiene su catsup, son tantos rublos”. Whaaaaat? Jajaja.

10.
Los zapatos no pasan de la entrada. Esta es una práctica de uso generalizado en Europa y Asia. Cuando uno entra a la casa se quita los zapatos y se pone pantuflas, sandalias, o simplemente se anda en calcetines. Esto tiene varias razones: la primera, porque es más higiénico, uno no sabe cuántas cosas recogió en su andar por la ciudad; la segunda, es porque en muchas ciudades se tiene que usar materiales tales como grava o arena para evitar que las personas se resbalen en el piso congelado, claro que estos materiales por sus características dañarían el piso muy rápidamente. Interesante ¿no? ¿Por qué no hacerlo en México?

11.
Las regaderas no son fijas. Otra cosa que es de uso generalizado en Europa. En México, y podría decir que en toda América Latina, estamos acostumbrados a que nuestra regadera se encuentre fija o estática en un solo lugar. El agua cae de forma natural y podemos bañarnos bien y eficientemente. En Europa hay una regadera flexible, que puedes/debes tomar para dirigir el agua en la posición que la necesites, la cabeza, el torso, las “zonas nobles”, you name it. Ambas tienen su mérito. La mera verdá yo prefiero a la antigüita, eso de andar ocupando una mano echándome agua mientras me enjabono con la otra no se me da. Tal vez no lo estoy haciendo bien, ¿alguna chiquita que quiere enseñarme? Guiño, guiño, jaja.

12.
Se puede tirar el papel en el wáter. Increíble ¿no? Yo sé que muchos de ustedes lo hacen en México, pero no debería de ser así. Nuestro sistema de drenaje sufre por toda la materia sólida adicional, más allá de la fecal, simplemente no tenemos un sistema eficaz que nos permita deshacernos de todo lo añadido al excremento. Pues bueno, entre que algunas marcas de papel ruso son biodegradables, y entre que tienen un excelente drenaje, en Rusia puedes echar por el wáter cuanto se te antoje y jamás tendrás que utilizar una bomba de agua en tu vida. ¡Oh rusos! Si no has usado una bomba de agua para destapar un baño ajeno no has vivido, jajaja. ;)

13.
Un ruso AMA, con mayúsculas, su auto. En Rusia hay una alta satisfacción al tener un auto de lujo, digo, esto es verdad en cualquier parte del mundo, pero lo es más en Rusia. Un importante símbolo de estatus, el automóvil no sólo sirve para transportarse sino para “caracolear” en las calles de todo el país. Más de un mexicano se sintió morir en los taxis y ubers de Rusia: conductores que dejaban el volante para platicar, peligrosas maniobras al estilo de “Rápido y furioso”, y un gusto generalizado por la velocidad y el “llego antes que tú porque soy más chingón. Agárrate porque ahí te va la quinta en calle peatonal compa”.

14.
Los rusos no son como los pintan. Ya he hablado de esto antes, pero vale reiterarlo aquí: los rusos son súper amables y amistosos ¡claro! Se relajaron por el mundial y sacaron su “mejor yo”, pero la verdad es que si eres mexicano o de cualquier país de Latinoamérica no deberías de tener problema alguno en ir a un bar solo y salir con un par de amigos y hasta con unos cabellitos dorados acariciándote el hombro (literal). Les hago la atenta invitación a descubrirlo por ustedes mismos. Sé que a muchos hombres les brillaron los ojitos al leer esto. Ahí les va mi guiño cómplice, jajaja.

15.
Los dientes feos. Y claro, como todo en la vida debe haber un negrito en el arroz. El ruso promedio tiene poca cultura bucal, muchos dientes amarillos, chuecos, o hasta negros. Puedes encontrar verdaderas princesas con dientitos feos, pero nada que no se pueda arreglar ¿vedá? Jajaja. Puede que ello se deba a uno de los puntos anteriores, el fumar en exceso, al menos en parte. Pero también se debe a que muchos de ellos toman agua del grifo, y los minerales que esta tiene afectan de forma natural a los dientes. ¡Queridos dentistas! Jálense para Rusia. Hay un mercado de millones y millones esperándolos, y de paso hacen más bonito a lo bonito.

Pues bueno compitas, les escribo esto desde una banquita en Cracovia, Polonia, con chelita IPA en mano ¡obvio! ¿Les gustó? Show me your love!

Estoy sonriendo. Soy feliz como hace cuatro años no lo era, ¿cuánto tiempo más podré seguir siéndolo?

Quién sabe, con suerte, con todas las estrellas y los planetas alineados, tal vez seré feliz por todo lo que me resta de vida.



Parte dos en breve.