Marzo: el mes en el que nacieron todas las flores ¡felicidades má!

sábado, 22 de septiembre de 2012

Cuento "set up"

Son las 3 am pero no podía dejar de compartir este cuento inspirado en la primera caricatura que he hecho para mi sitio en tumblr, porfas échense una vuelta, es muy probable que empiece a escribir más acá y dibujar más pa'llá, digo, todo para ordenar un poco este blog, que si bien en un principio fue bello darle honor a su nombre (de elefantes, guayabas y trastadas), pues, ya saben, siempre es bueno que dentro del desorden uno sepa en dónde está cada cosa.

El link a mi tumblr: http://darioshu.tumblr.com
Y a la caricatura inspiradora de este cuento:  http://darioshu.tumblr.com/image/32036659094
¿A poco no quedó de pelos?

Creo que hoy les comparto un cuento bonito, uno que habla del amor y su llegada que puede darse no sólo en cualquier momento, sino también en quien menos lo esperas (con un poco de suerte).




Cuento “Set up”
Por Darío Jurado



Marcy había aceptado una cita a ciegas a pesar de todos sus prejuicios al respecto, simplemente lo consideraba de losers, de gente fea que no puede conocer gente bonita porque carece de los medios físicos para hacerlo.

Sus amigas eran las más insistentes, nunca habían parado de ofrecer el presentarle amigos, o primos, o hasta esposos de sus enemigas, pero ella siempre había contestado con un rotundo “no” a cada una de sus  tentativas, y es que poseía la excusa perfecta, tan antigua como efectiva, que siempre surte el efecto deseado en los coetáneos: “no ha llegado el indicado”. El secreto, como ella bien sabía, radicaba en decirlo algunas veces seria, otras enojada, y las más veces triste o sollozando para darle un hálito de amargura que ahuyentara a la parvada de cupidos en trajes sastre.

Y es que sí, todos los machos tenían algún defecto, unos calientes, otros demasiado fríos, unos bajitos y otros altos, algunos gordos y los demás extremadamente flacos, en fin, de ignorantes o cerebritos, de desempleados o empleados del año, de patanes o peor aún, de la camada de los “excesivamente atentos”, ¡ay!, si tan sólo hubiera uno que encerrara todas las cualidades en un solo cuerpo, no se trataba de que fuese perfecto, nononononó, más bien que representara un equilibrio, ya saben, justo como cuando un café está listo para beberse, ni muy frío, ni muy caliente. Ahora sí que lo que Marcy quería era un “ni muy muy, ni tan tan”.

Por eso aceptó conocer a Penn Gwen, que según le informaban algunas de las militantes de la parvada, era un espécimen de lujo; justo como el que ella había estado tratando de hallar durante toda su vida.

Al fin llegó el día.

Marcy se arregló con bombo y platillo, bueno, no bastante, tampoco quería parecer una solterona desesperada, ya saben, el adorno justo para mostrar buen gusto sin parecer desorbitada de la moda.

Como siempre Marcy llegó diez minutos tarde a la cita, el tiempo justo que debe hacer esperar una señorita, esto por dos cosas, una, el no llegar antes que un caballero porque no es de buen gusto, y dos, el no hacer esperar mucho, ya que eso tampoco es de buenas maneras.

En fin. Ahí estaba él. Ella lo miró sorprendida. No se equivoquen, no. Era bien parecido, con una ternura intrínseca, de esas que te invitan a abrazar bien y bonito. Iba muy limpio, impecable dirían algunos, todo enfundado en frac blanco y negro, hasta podríamos haber dicho que parecía bañado en cera, no, en serio. Sólo había un pequeño problemita: Penn Gwen no era precisamente un hombre, ya no digamos un jovenazo o chicuelo, o bien un ruco o entrado en años, en ello no habría existido tanto problema, él era, mmm, más bien unnn, mmm, un pingüino pues.

Marcy se frotó los ojos dos o tres veces, y aún se pellizcó el brazo para saber que esto no era un sueño (o pesadilla), sin embargo no sucedió nada, no despertó, Penn seguía esperándola y ella no tenía más que acercarse y saludar que de esto hablamos cuando de educación y modales se trata.

Nerviosa y desconcertada Marcy se acercó a la mesa en donde Penn Gwen aguardaba. Cuando él la miró le lanzó la mirada más tierna de los océanos al tiempo que se presentaba besándole la mano, toda esta galantería la coronó arrimándole… la silla, ¡eh!, no piensen mal, Penn Gwen era un caballero, al menos tanto como puede llegar a ser a un pingüino.

Después del shock que significó el descubrir que su cita era con un ave y pasados unos cuantos minutos de relajación para asimilar el momento, Marcy se encontró extrañamente excitada por aquel “personaje”, Penn Gwen no sólo era encantador, también era inteligente y divertidísimo, galante y misterioso, una suerte de James Bond en frac emplumado con conversación amplísima que demostraba una vasta cultura versada en el conocimiento de los siete mares. Total que él era lo que le habían dicho y mucho más: el hombre perfecto sobre la tierra, o bueno, el pingüino.

Marcy y Penn Gwen empezaron a salir más, así, naturalmente, como deben darse las relaciones, sin apuros, sin arrojos, sin tropiezos, sin la constante pregunta de ¿qué sigue? simplemente porque no importa lo que se halle adelante cuando se sabe que será fantástico.

Los círculos allegados a Marcy crecieron en risas y conversaciones, era tiempo de amor del que edifica, si alguna vez se construyó exitosamente una babel del amor, de esto estamos hablando. Todo marchaba sobre ruedas, gente que lo conocía, gente que quedaba prendida de aquella personalidad marítima; aún las amigas más criticonas de Marcy le decían lo maravilloso que era y cuán bien se veían juntos. La única preocupación que acaecía sobre ella era que extrañamente nadie le hacía comentarios sobre lo evidente, es decir ¡obvio! ¿no? su pareja era un pingüino.

Así pasaron semanas y meses, hasta llegar a un par de años. Marcy se había enamorado, era feliz y no tuvo más respuesta que un “sí” a la propuesta de matrimonio que su flamante novio le hizo en globo aerostático.

Todos sus amigos se pusieron eufóricos al saber la noticia de aquella preciosa unión, al parecer era de común acuerdo que esa era la boda del año ¡qué del año, de la década! habían nacido el uno para el otro.

Dentro de toda la bonanza de amor había un puntito negro, ya saben, el negrito en el arroz, el cisne feo en la familia de patos, el Jar Jar Binks de Star Wars, el dirigente que no atina a nombrar tres libros, la diminuta sombra de duda que comienza a hacerse más grande en el desierto del cerebro destinado a las grandes incertidumbres.

El punto era que Marcy no sabía si podría compartir el resto de su vida con un pingüino, y es que en su casa siempre la habían repetido hasta el cansancio que una niña bien sale del hogar sólo en el caso de estar segura de no volver, o sea que se salía con la advertencia de antes mortaja que sufrir la deshonra de regresar con rebaja.

Así pasaron los días hasta que llegó la boda. Marcy estaba hecha un manojo de nervios, le temblaba todo, por aquí y por allá, todo por la inquietud ¡eh!, no crean, porque sea lo que sea, Marcy estaba tonificada a morir por el montón de ejercicio que realizaba cotidianamente. Curiosamente le encantaba nadar.

Los gritos de emoción y desparpajo de su madre, las damas de honor, así como de madrinas, primas, tías, sobrinas y cuanta fémina cupo en el cuarto de la novia, no significaban para Marcy sino un hervidero de emociones encontradas, o sea, no crean que tenía dudas de su amor, ¡no!, para nada,  adoraba a su prometido, claro, era un pingüino, pero digo, no por nada soportaba su tremenda fragancia de pescado; el problema era esa temblorina sin control que seguramente provoca el miedo a desposar a un ave, no que ustedes o yo lo sepamos.

Tal vez lo que más le desconcertaba a Marcy eran los nulos comentarios al respecto de las particularidades de su futuro marido: ¡cómo te vas a casar con un pingüino!, ¡qué no ves cómo huele! y ¡cómo carajos se van a acomodar en la noche de bodas! Todas exclamaciones con una premisa muy válida y de peso, algo que extrañamente había estado ausente desde que se sentó en aquella mesa con el amor de su vida.

Marcy andaba dándole rienda suelta a aquellos pensamientos cuando despertó de su ensimismamiento al escuchar el “sí” que Penn Gwen había proferido en el altar. Había transcurrido media boda y ella ni en cuenta. Era su turno de contestar.  Los labios resecos del sacerdote enunciaron el arcaico pregón de “Marcy, ¿aceptas a Penn Gwen como tu esposo, y juras amarlo, respetarlo y serle fiel todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?

Marcy lo supo en ese instante, en una forma rara, ¿sí me entienden?, no como cuando pasa la vida frente a tus ojos, sino como cuando en un solo instante obtienes la lucidez de toda una vida, ojo, que no es lo mismo.

Era claro que el mundo estaba lleno de hombres nefastos, y tal vez, sólo tal vez, ella también era un pingüino.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El post atípico

NOTA: Este post no tiene nada que ver con lo que he escrito o compartido antes, sin embargo puede que sea el más sincero de todos los que he publicado hasta ahora. Es mi blog y por eso está aquí, porque quiero recordarlo. Está escrito por mí y para mí. 

No tienes por qué leerlo.


Bajo esa advertencia sólo valen los puntos suspensivos.




El post atípico



BRIEF. Dos weyes  mucho más pendejos que yo, que alguna ocasión fueron mis compañeros de escuela, tienen puestos en publicidad.

INSIGHT. Hay pendejos que trabajan y pendejos que no. Yo formo parte del segundo grupo.

SOLUCIÓN. Armar la sarta de pendejadas que atraerían a un gran público, o al menos al público al que quieras llegar, en este caso a un creativo que te de chance de demostrar que para mierdas la tuya es más grande. Ya lo oí hoy en una charla, todo se trata de decir las cosas como si se las estuvieras explicando a un estúpido.

RESULTADO. Ya se verá.

El post ego atípico

BRIEF. Dos weyes,  que yo creo mucho más pendejos que el que suscribe, y que en alguna ocasión fueron mis compañeros de salón, tienen buenos puestos en publicidad.

HABLA DON EGO. ¿Qué chingados he hecho yo para no estar mejor que ellos en el campo publicitario?

Crear y sostener una empresa.
Viajar.
Conocer montones de personas.
Ir a fiestas.
Beber, dibujar, actuar, bailar y cantar.
Vivir la vida a mi manera.
Emular a las cigarras de fábulas arcaicas.

Interesante.

El post apocaltípico

BRIEF. Me corroe la envidia porque dos weyes a los que considero mucho más pendejos que yo tienen trabajo en publicidad y yo apenas estoy intentando entrar.

¿Por qué?

Porque apenas se ha insertado el bicho publicitario en mi vaso de leche. Cuando cayó ahí se me hizo interesante, acaso osado, diferente, atípico, como yo, de un carácter especial ¿por qué mojarse en leche cuando tú puedes ser el que la escupe?

Interesante.

Post normal por un wey atípico

Escupí el agua cuando abrí el Facebook y noté que un wey mucho más pendejo que yo trabaja en una de las empresas a las que yo quisiera entrar. Él se ha aunado a otro idiota del cual ya tenía conocimiento que ostenta un puesto chingón en una agencia de publicidad.

Ellos dibujan peor que yo, ciertamente escriben de la misma forma, y seguramente sus ideas se ven mayormente influenciadas por las sustancias que consumen que por la sustancias que contienen sus cerebros.

Sin embargo ahí están ellos y aquí estoy yo. El mundo gira, las manecillas también, las arenas son las mismas de millones de años atrás, las moscas nacen y mueren todos los días y las yerbas crecen en terreno fértil así como las plantas más exóticas florecerían en tierra más fecunda si se comenzara a soltar su simiente sobre ella.

Interesante.

A – ti - típico

Hay un vagabundo en mi calle que pasa frío por las noches. Antes vivía solo, sin amigos, apenas una manta le acompañaba. Hoy ya no está solo. Un sombrero cubre su cabeza y él es vigilante de un amigo postrado.

Un gato bebé vive bajo mi ventana. En el pasado aullaba solo por las noches, no sé si por desesperanza o por hambre. Ahora ya no está solo, hay más gatos bebés que le acompañan, aúllan en coro, sinfonía de félidos encordados que reciben leche de la gran matriarca.

Yo estaba solo, hasta ayer, hasta hoy, no sé. Pero sé que pronto no lo estaré.

Hoy me acompaña mi flagelado, colérico y apestoso orgullo ¿mañana?

Eres puntos suspensivos (no lo olvides).


Interesante.


martes, 18 de septiembre de 2012

Ofrezco mis labios

Y ahora en algo enteramente distinto a lo que comparto en mi blog decidí hacer un "meme" alentado por un anuncio muy curioso que encontré por casualidad; en él se ofrecían los labios para vender labiales o cosméticos.

Pensé en la situación divertida de quién habría publicado algo así, busqué en internet unos labios suculentos y bueno, lo demás es historia.

¿Qué opinan? ¿Alquilarían sus labios? En el marketing y publicidad todo se vale ¿no?


viernes, 14 de septiembre de 2012

Simplemente un zombie

Algo de mi trabajo en Illustrator con coloreado en Photoshop.


Like it?

Simplemente una reflexión:

Los zombies no saben que están muertos, ¿qué haces tú para saber que estás vivo? 

Feliz día.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Del illustrator y otros chistes

Han de saber ustedes que soy un poco orgullocito ¿sí se escribe así?, digo, no del muy muy, ni del tan tan, en fin, le he tenido que entrar al Illustrator porque es un programa que trabaja las imágenes en vectores lo que origina que el trazo sea mucho más limpio.

Siempre consideré a esta herramienta "tramposa" por el simple hecho que permite que quienes no sepan dibujar mucho o bien tengan pulso de maraquero "mejoren" sus trabajos digitalmente. Pero ¡oh sorpresa! al igual que photoshop tiene mil y un trucos que bien vale la pena valorar para todos los que estamos en el mundo de la gráfica y los chistes de colores.

Así que aquí tienen, mi primer trabajo en Illustrator, una carta de baraja inglesa que bien podría ser un comodín para cuando se acaben los alipuses en la mesa de operaciones.

Y como en extreme makeover, aquí el antes y el después.




¿Cómo ven? Si así no queda claro que el Illustrator es el equivalente al maquillaje televisivo, no sé qué más se le pueda hacer. Sin duda se ve más dañada la carta salida de mi puño y lápiz ¿por qué será? 


miércoles, 12 de septiembre de 2012

"El ladrón"

Hacía tiempillo que no escribía un cuento y ¡ah! cómo me gusta hacerlo. Ahora les cuento uno de un curioso ladrón...


El ladrón
Por Darío Jurado



-No logro separarme de ella -fue el único argumento que pude esgrimir al señor juez en el estrado. -Siento que todo haya ocurrido así, añadí al observarte sentada frente al tribunal esperando la sentencia en contra mía. 

No tendría que haber pasado esto, no lo deseaba, aún no logro entenderlo completamente, sin embargo es claro que una parte mía mancilló una parte tuya.

El juicio fue rápido, con la aceleración turbia que procede de hilos intangibles y oscuras voces encumbradas. La opinión pública pedía el mayor escarnio para mi, y aquí estoy.

Tú bien sabes que todo sucedió increíblemente rápido, en un suspiro, en una sola mirada. No sé si fue fortuna o maldición el que aquella tarde nuestros pasos se intersectaran en esa acera, y el que tus ojos infinitos se posaran brevemente sobre los míos.

Inmediatamente sentí la carga umbría.

Te volviste loca, tus prominentes padres movieron cielo, mar y tierra para encontrar al desconocido transeúnte, y ya ves, me hallaron bajo tu balcón, inmóvil, encandilado, expectante.

Fue ese parpadeo, ese tímido instante eterno el que lo cambió todo para los dos, para mis ojos, cerebro y labios, para mi corazón incandescente desde entonces, para mi cuerpo todo, ahora trémulo.

Lo siento, no fue mi intención transgredir tu mundo, no pude hacer nada. Espero que mi muerte te regrese eso que añoras y crees perdido, sólo quiero que sepas que estamos ligados aún más allá del fin, porque tus ojos, también ladrones, se llevaron mi alma en ese instante.

Te amo inconmensurablemente, tal vez esa sea la única explicación para que tú hayas perdido una, y yo, un hombre cualquiera, posea dos, mi sombra y la tuya.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Presentando "Entendiendo a las mujeres con Darío Shu"


¿Cuántas veces nos hemos quedado de a seis cuando nuestra novia, esposa o amante nos dice alguna frase ininteligible o nos reclama alguna cuestión de la cual no tenemos ni idea? Pues bien,  en “entendiendo a las mujeres con Darío Shu” trataremos de ayudarnos mutuamente para comprender el intrincado mundo femenino.

Esto porque, bueno, seamos sinceros, todos queremos tener una ¿o no? ¡claro! Con excepción de los homosexuales y los muertos.

Pues bien, manos a la obra.

Lección no 1. Qué significa cuando te dicen “quisiera que fueras un pingüino”.

En la figura anterior (dramatización) podemos ver que el sujeto B no entiende nada de lo que quiere expresarle el sujeto A, es más, claramente se puede observar que no está poniendo toda su atención. Esto nos pasa generalmente a los hombres. 

Aquí vale hacer un paréntesis para enunciar la regla de oro femenina: CUANDO HABLEN, ESCÚCHALAS Y MíRALAS A LOS OJOS, no importa cuántas ganas tengas de ver una  u otra cosa. Practica esta norma y observa los resultados, significará un gran avance para tu lectura de comprensión femenina.

Pues bien, como les decía, haciendo una disección de lo que significa ser un pingüino tenemos que:

a)    Es un ave marina.
b)   Son negros.
c)    Son fieles hasta la muerte.
d)   Se alimentan de peces.
e)    No tienen codos.

Aunando estos significados, lo que tu novia, esposa o amante quiere decirte es que: le gustaría que fueras un marino negro (bien dotado) que le sea fiel por siempre. Asimismo le encantaría que cuides tu salud dejando de comer porquerías (ella te permitiría comer pescado) ¡ah! y desea que tu cartera no tenga ninguna restricción para ella o sus gustos.

¡Ven! Muy fácil.

Eso es todo por hoy, ojalá hayamos aprendido mucho en esta ocasión. Los esperamos en la siguiente entrega de “entendiendo a las mujeres con Darío Shu”.

Felices trazos.