Marzo: el mes en el que nacieron todas las flores ¡felicidades má!

jueves, 25 de octubre de 2012

La remembranza del receso


Hace algunos años mi momento más terrorífico significaba la hora del recreo durante la secundaria. Era un jovencito bueno e inteligente, tímido y sensible, taciturno pero decisivo en el estudio. Así me había enseñado mi madre. Hacía tareas kilométricas, sin internet (pues no existía), siempre en búsqueda de ese extra que dejara la calificación de “10” muy corta. Era exitoso en ello.

Tocaba la campana anunciando la hora, 10:30 am de lunes a viernes. Instantáneamente chicas y chicos se lanzaban a la puerta desaforadamente. Yo no. Hacía tiempo. Hubiera preferido quedarme ahí, sentado, leyendo o tal vez dibujando. Pero era imposible, el profesor en turno me invitaba a salir del salón pues debía permanecer cerrado. Una que otra vez me permitieron quedarme allí, sabían que si algún alumno podía hacerlo sin riesgo a ningún hurto o problema, sólo podía ser yo.

Pasaba esos minutos de infinita tristeza platicando con los maestros, sentado en la biblioteca observando dibujos de dinosaurios, o simplemente contemplando a los demás desde la tranquila lejanía de un primer piso. Desde ahí miraba sonrisas que nunca volverían a ser, la inocencia conociendo la vida, los ojos pispiretos descubriendo emociones y sensaciones, bosquejando toqueteos,  realizando auténticas carreras, compartiendo el lunch, hablando de los nacientes chismes. Lo que hacían todos era vivir, ¡simplemente vivir como si no hubiera un mañana! como si ningún problema existiese.

No me malentiendan, yo quería estar ahí, después de todo también era un niño adolescente, quería reír, hablar y compartir, quería querer y sentirme querido, quería pertenecer, ser uno más, pero me había alejado tanto que simplemente no sabía cómo hacerlo.

Qué triste era aquello. Cómo dolía aquello. Aún duele. Las lágrimas brotan de mis ojos cuando escribo estas líneas.

 Sufrí mucho por aquellos días, tal vez eso explique un poco, sólo un poco, el por qué soy el que soy ahora.

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