Marzo: el mes en el que nacieron todas las flores ¡felicidades má!

miércoles, 6 de abril de 2011

Y todo blog tiene un inicio...

Hace algún tiempo me surgió la pregunta de cómo hacer un blog...

Para responder esa cuestión durante un par de semanas anduve recorriendo ese mundo bloguero, ya saben, a forma de transeúnte sin money observando los escaparates de la quinta avenida en NY; más que nada se trataba de ver, explorar, y tal vez entrar en una tienda y manosear uno que otro objeto y/o señorita descuidada.

Por ese entonces me asombré de la cantidad de buen contenido que mucha gente está dispuesta a compartir, y no sólo eso, también observé que muchos de ellos toman buena cantidad de tiempo para que su publicación salga en buena forma. Ora sí que le ponen mucha crema a sus tacos.

Inmediatamente me surgió la cosquilla de hacer el mío, digo ¿qué tan difícil podía ser armar uno? Podría incluir cuentitos, dibujos, fotos, cartones, anécdotas, proyectos de destrucción global e ideas existencialistas, en fin, todo eso que asaetea mi mente... Estaba en ese rollo cuando casi tan rápido como el surgimiento de la cosquilla creadora se sucedió una serie de eventos incidentales que generaron mi distracción: el vuelo de un pájaro, el ruido que genera una hormiga al levantar un grano de azúcar, el andar jocoso de una dama, el repiqueteo de cláxones y los ecos susurrantes de millones de personas.

Desistí... simplemente no tenía la clase de compromiso que implicaría el crearlo, y es que cuando se empieza, me parece que uno le debe un tiempo a los seguidores; el llenar una entrada bloguera sólo por cumplir con la cuota es un insulto a la inteligencia, tal como el preparar una exposición de último minuto y a la mexicana, no podemos basarnos en la improvisación y la transmisión de contenidos apañados de otros lugares. Así que me hice la pregunta obligada:

¿Pa´ qué cagar? Si vas a hacer aguado.

Pues bien, dados los sucesos narrados y con ganas de comenzar un recorrido a la Dorita en el mago de Oz y, lo más importante, contando con mucho tiempo libre, me presento ante ustedes, con el firme compromiso de chingarle y brindarles momentos de esparcimiento, relajación, duda, odio y crítica.

Empiezo la empresa... ojalá me acompañen en ella. 

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