Creo que no hay una actividad que me emocione más que viajar... o al menos rivaliza con mis grandes amores: la bohemia, la cantada, la dibujada y la pokareada.
Mi recorrido empezó por allá del año 1998, cuando fui elegido para participar en un programa de intercambio escolar a la ciudad de Oklahoma. Sobra decir que fue una experiencia genial, de esas que marcan el rumbo de tu vida. Desde entonces escapo tanto y como puedo, algunas veces a la gran lujo y otras tantas a la "poverty".
Y ustedes ¿con qué frecuencia viajan? Muchos de mis amigos se quejan del trabajo y de la frecuencia con que salimos algunos, la mera verdad es que en este tópico sí que le erran, tú puedes viajar tanto como gustes, siempre y cuando te des la oportunidad de hacerlo; hay increíbles destinos para todos los bolsillos, aún viajes mágicos dentro de la misma ciudad que uno habita, y es que cientos de miles de personas tienen que recorrer bastantes kilómetros para poder visitar algunos de los sitios que los lugareños no conocen, ya sea por desidia, ignorancia o falta de interés ¿No les parece un pecado?
Ya habrá tiempo para que les platique algunas anécdotas y tips de viaje, tal vez alguno de ellos les sirva. Mientras tanto me les voy a Mérida.
Les invito a formar parte de los borregos viajeros, de esos que se trasquilan de vez en cuando para pagar por algún recorrido para ensanchar el alma y espíritu, y ¿quién sabe? en una de esas emparejan con una cabra, chivo o similar, ya de perdis les aseguro que probarán de otros pastos y brebajes, algunos malos, otros exóticos y algunos de ellos... i-n-o-l-v-i-d-a-b-l-e-s.
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