Marzo: el mes en el que nacieron todas las flores ¡felicidades má!

martes, 12 de abril de 2011

En el aeropuerto de la ciudad de México

Creo que no hay una actividad que me emocione más que viajar... o al menos rivaliza con mis grandes amores: la bohemia, la cantada, la dibujada y la pokareada.

Mi recorrido empezó por allá del año 1998, cuando fui elegido para participar en un programa de intercambio escolar a la ciudad de Oklahoma. Sobra decir que fue una experiencia genial, de esas que marcan el rumbo de tu vida. Desde entonces escapo tanto y como puedo, algunas veces a la gran lujo y otras tantas a la "poverty".

Y ustedes ¿con qué frecuencia viajan? Muchos de mis amigos se quejan del trabajo y de la frecuencia con que salimos algunos, la mera verdad es que en este tópico sí que le erran, tú puedes viajar tanto como gustes, siempre y cuando te des la oportunidad de hacerlo; hay increíbles destinos para todos los bolsillos, aún viajes mágicos dentro de la misma ciudad que uno habita, y es que cientos de miles de personas tienen que recorrer bastantes kilómetros para poder visitar algunos de los sitios que los lugareños no conocen, ya sea por desidia, ignorancia o falta de interés ¿No les parece un pecado?

Ya habrá tiempo para que les platique algunas anécdotas y tips de viaje, tal vez alguno de ellos les sirva. Mientras tanto me les voy a Mérida.

Les invito a formar parte de los borregos viajeros, de esos que se trasquilan de vez en cuando para pagar por algún recorrido para ensanchar el alma y espíritu, y ¿quién sabe? en una de esas emparejan con una cabra, chivo o similar, ya de perdis les aseguro que probarán de otros pastos y brebajes, algunos malos, otros exóticos y algunos de ellos... i-n-o-l-v-i-d-a-b-l-e-s.

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