Marzo: el mes en el que nacieron todas las flores ¡felicidades má!

sábado, 16 de abril de 2011

El origen del nombre "de elefantes, guayabas y trastadas"

El nombre de este blog se originó de forma fortuita, tal y como millones de cosas en este mundo.

Por allá del año 2003 mi entonces maestro de Géneros Periodísticos nos invitó a realizar una columna semanal para ejercitarnos en el rollo periodístico. Sobra decir que por aquellos años mi mente era muy dispersa (lo sigue siendo?) y no atiné a más que buscar un título que englobara todo y nada.

¿Qué mejor que mi animal y fruta favorita? Por otro lado, la palabra "trastadas" la escuché con unos días de antelación a este hecho, e inmediatamente se me hizo intrigante, podía obtener diferentes definiciones según el diccionario, persona o link googlero al que preguntara. Al fin quedó la amalgama de palabras de una forma un tanto arbitraria.

Les dejo entonces la primera entrega de la susodicha columna, digamos, la génesis de lo que más tarde sería este blog:



De elefantes, guayabas y trastadas

Originalmente escrito el 13 de marzo de 2003


Sumido en la oscuridad de la conciencia insomne, con los ánimos exaltados, el corazón revoloteando, el espíritu chispeante y la mente revolcándose en el fango de ideas e imágenes ideales, me encuentro una vez más aquí… frente a la soledad animada de la computadora.

Bruma.

Un tópico he de hallar para continuar con la exhaustiva búsqueda del periodismo utópico; suma de palabras, oraciones y párrafos que añoran el encuentro con la isla perdida, lo objetivo en la subjetividad y la opinión en el océano de comentarios  iguales, burdos e insípidos.

No  he de caer en el paradigma posmoderno; cansado estoy de las visiones caóticas, catastróficas y antiutópicas. La mala crítica abunda, la crítica en forma de queja se encuentra en cada esquina, en cada esquina un crítico, junto al crítico una prostituta, en la prostituta el vicio del mundo, un mal que se esparce como las cucarachas en coladera o los ratones en medio de la ropa sucia (sí existe la generación espontánea querido Aristóteles). Todos parecen tener la respuesta a los grandes males que aquejan al país, mundo y al mismo ser humano en conjunto… sin embargo se escribe, no se actúa. Fácil es empuñar una pluma a modo de arma, arma que apunta, corrige y reclama; difícil es armar la mano de su misma esencia, de actuar a través de ella, imprimir corazón y mente en una sola acción encaminada a amasar la realidad deseada.

No pretendo ser el agente de cambio que corte de tajo este vicio, sólo lo nombro, lo subrayo, lo tildo, lo comparto y lo sostengo. Es mi visión de humanito en mundo de humanotes, de mosca en colmena de abejas y de una ramita de ruda en el mercado de Sonora.

Luz...

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