Inspirado en Susanita, quien efectivamente es peludita.
Susanita cabellos
Susanita era peluda. Así había nacido.
Desde muy chiquita su madre se empecinó en depilarla día y noche, desde la punta del pie hasta el último cabello del bigote. Sin embargo cada mañana el pelo aparecía ahí, indemne, tal y como si su madre no se hubiera afanado horas y horas en aquella tarea.
No sirvieron de nada los tratamientos durante su
adolescencia, e igual le valieron los quitapelos, las tijeras, las pinzas de
depilar, las pomadas milagrosas y las quemaduras del láser.
Así transcurrió la mayor parte de la juventud de Susanita hasta
que conoció a Jorgito, un barbaján de poca monta que la enamoró y no hizo más
que tomarle el pelo. Literal.
Ya bien dicen que en el amor y el desamor nunca falta un
pelo en la sopa, y en el caso de Susanita, nunca más un pelo de tonta.
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