Todos buscamos al amor de nuestra vida, unos más otros
menos, consciente o inconscientemente. El siguiente minicuento habla de que
estos encuentros no son necesariamente como los imaginamos.
Mi deseo es que mantengamos la mente abierta…
El encuentro
Por Darío Jurado
Por fin miré al amor de mi vida. Lo supe al instante.
El suspiro de todos los suspiros coronó los cientos de
relojes de arena que habían extinguido su tiempo y los miles de kilómetros que
habían quedado atrás en mi travesía amorosa.
Ella me miró y lo supo igualmente.
Corrió hacia mi ligera y núbil.
Sus manos lozanas se entrelazaron en los pliegues marchitos de
las mías.
concreto y sencillo como saber que estás enamorado...
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